La cruzada albigense
Antes del año 1208, los cátaros gozaban de paz y libertad en el Languedoc, bajo el amparo de los diferentes nobles que gobernaban sus ciudades. La Iglesia Católica, indignada por la “complicidad” de estos condes y vizcondes con la herejía, los presionaba para que prohibieran el catarismo en sus tierras, y encarcelaran, ejecutaran o bien expulsaran a los herejes.
Pero éstos no lo hacían. Tenían amigos y familiares entre los cátaros y simpatizaban con sus creencias. Especialmente el conde Raimond de Toulouse, que, con su actitud evasiva hacia las demandas de la Iglesia, ya estaba causando gran incomodidad en Roma.
Cuando el papa Inocencio III mandó a uno de sus legados favoritos a Toulouse para intentar una vez más convencer al conde de ponerse en acción contra el catarismo, ocurrió un hecho inesperado que marcaría la historia para siempre: el legado papal, Pedro de Castelnau, fue asesinado a la salida de su infructuosa visita. Si bien el consenso histórico dicta que en verdad el conde de Toulouse no ordenó esta muerte ni tuvo responsabilidad alguna sobre ella, la Iglesia lo culpó infundadamente de haberlo hecho. Dicen que el papa, al enterarse de la pérdida de su apreciado legado, se quedó sin comer ni dormir durante tres días. Acto seguido, decidió que era hora de poner “mano dura”, y solicitó la ayuda del rey francés Felipe Augusto para erradicar de una vez y para siempre la herejía de los cátaros, llamando a una cruzada en su contra.
El rey, que hacía tiempo ansiaba conquistar Occitania, no se preocupaba en absoluto por el catarismo, pero encontró en esta oportunidad el apoyo que necesitaba para sus ambiciones territoriales. Por eso, corona y credo se aliaron, y en marzo de 1208 se armó la cruzada albigense.
Esta operación conjunta estuvo a cargo de un inescrupuloso general llamado Simón de Montfort, conde de Leicester… presumiblemente el hombre más cruel que haya existido sobre la faz de la tierra. Montfort mandó a sus hombres a perseguir, torturar y ejecutar indiscriminadamente, por los métodos más inhumanos, tanto a los cátaros como a los simples ciudadanos de las localidades que deseaba conquistar. La sangre y el horror se esparcieron por todo el Languedoc.
Los nobles occitanos se unieron para resistir la invasión con fiereza y coraje. El combate fue atroz y se prolongó durante diez años. Hubo éxitos y fracasos… momentos de euforia y muchos otros de indecible dolor.
Montfort arrasaba las ciudades y tomaba los castillos. Diezmaba poblaciones enteras y levantaba hogueras para quemar vivos en ellas a todos los cátaros que lograba atrapar, así como a sus defensores. Los nobles occitanos no se rendirían ante la abominable violencia y despotismo de los cruzados. Les plantarían cara con valor y a veces lograrían, con el apoyo y agradecimiento de la población, recuperar sus posesiones y liberar los terrenos ocupados por el temible invasor.
La cruzada albigense fue una enardecida lucha de la luz contra la oscuridad, del amor contra la opresión, del paratge contra la infamia.
Sumérgete en su emocionante desarrollo y descubre su sorprendente desenlace en la trilogía “Ermessenda” de Mariana Vernieri.
¿Por qué Ermessenda?
El por qué de que yo eligiera, sobre tantos temas que hay como para escribir, centrar mi novela en la historia de una vizcondesa medieval en tiempos de los cátaros, tiene muchas causas que se juntan, pero una de las más importantes es mi propia historia familiar, y los pequeños “milagros” que me ayudaron a descubrirla.
Los Cátaros
El catarismo fue una variante del cristianismo perseguida por la Iglesia Católica en el siglo XIII por considerarla herética. Su fe incluye la creencia en la reencarnación, así como en un Dios,
¿Quién fue Ermessenda de Castelbó?
La trilogía “Ermessenda” está inspirada en la sorprendente historia real de una de las grandes damas soberanas de la edad media: Ermessenda de Castellbó. Nacida en Cataluña en 1195,
La autora: Mariana Vernieri
Mariana Vernieri nació en 1977 en Buenos Aires, Argentina, destino histórico de inmigración de los más variopintos rincones del mundo. Este exuberante cóctel de pueblos y de historias la llevó a emprender la búsqueda de sus propios orígenes familiares. A lo largo de años de exploración tan apasionada como documentada, Mariana elaboró un árbol genealógico especialmente frondoso, cubriendo más de cuatro mil antepasados y familiares y logrando remontarse hasta el siglo XIII y antes aún. De una de las ramas de este árbol brota la saga “Ermessenda”, inspirada en la asombrosa historia real de sus ancestros Ermessenda de Castellbó y Roger Bernard de Foix.